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Fernando Savater

Nunca viene mal echar un vistazo atrás y recordar con cariño a los maestros que nos enseñaron lo que hoy sabemos, ya sea poco o mucho. Y no sólo me refiero a los maestros que tuvimos en nuestra escuela, aquellos que nos enseñaron a leer, escribir y contar, y a los padres que nos ayudaron a dar nuestros primeros pasos, sino también a nuestros maestros "en la distancia", a los que nos hablaron desde las páginas de un libro o a los que nos mostraron lugares lejanos desde un documental televisivo o un reportaje periodístico. Al menos yo les estoy también inmensamente agradecido, y he de reconocer que esos profesores lejanos a menudo me llevaron más alto y más profundo que los de cuerpo presente.

Y si he de destacar uno de esos profesores en la distancia, si alguien creo que me ha ayudado a ser mejor persona o, al menos, a saber lo que eso significa, un nombre me viene a la cabeza inmediatamente: Fernando Savater. Desde aquí le doy las gracias, unas gracias sentidas, porque cada vez que he leído una obra suya me ha abordado la alegría de saber que existe gente como él, y mi confianza en el ser humano ha subido algunos puntos... Por cierto, esa confianza hoy en día me zozobra un poco, y tal vez debería volver a sus textos...

 

De "La Tarea del Héroe":

 

"Hay dos virtudes directamente relacionadas con la nobleza, que pudiéramos decir que son la nobleza misma: el valor y la generosidad. Todas las demás virtudes provienen de éstas y ninguna es imaginable en quien es cobarde o mezquino. Valor para conquistarlo y defenderlo todo, generosidad para renunciar a todo; valor para considerar que nada está vedado por su altura o dificultad, generosidad para no necesitar nada; valor para afrontar la insoslayable desdicha, generosidad para compartir la improbable felicidad; valor del héroe para ser él mismo y valor para admitir que está condenado a no serlo del todo, a serlo en tanto va dejando también de serlo: y a este último tipo de valor hay que llamarlo generosidad. Nietszche, por su parte, en un sentido muy próximo al aquí apuntado, fundió valor y generosidad en una sola joya que propuso como destino del que supera todo resentimiento y habló de la virtud que hace regalos."

Fernando Savater